Rutas verdes, senderismo 

Presentamos en este capítulo una serie de rutas que podemos hacer a pie por todo el término de Peñas. Estamos equivocados si pensamos que por estos parajes no podemos encontrar rincones singulares, vegetación variadísima y sorprendente fauna. Disfrutar de la Naturaleza es algo que está al alcance de todos, pero también está a nuestro alcance cuidarla y respetarla; no sólo debemos conservar, sino también mejorar, nuestro entorno más cercano. 

Proponemos desde estas líneas saborear lo que familiarmente llamamos “un día de campo”: el bocadillo, la cantimplora, la gorra, el bastón y unas buenas zapatillas. Solo o en compañía. Mejor en otoño o primavera. Descubre nuevos caminos. 

 

 

 

El Pino Gordo, el Castillo y el Cerro Gordo 

Indudablemente, no hace falta ir muy lejos para visitar los lugares más típicos de nuestro pueblo. Pero no por cercanos vamos a dejar de nombrarlos en este capítulo, aunque no haremos una descripción tan exhaustiva como en el resto de rutas. 

 

 

 

 El Pino Gordo

 De los tres lugares, es el único que no se puede divisar desde el mismo pueblo.

Es una excursión que nos llevará una escasa media hora (sólo ida). Hay que llegar hasta el cementerio nuevo por la carretera que va a La Solana, CM-313. Una vez allí, se continúa el camino y a unos ocho minutos, nos encontramos con un cruce y torceremos a la derecha. Tras caminar unos cien metros llegamos a un pinar en cuyo centro se halla el Pino Gordo, también conocido en el pueblo como el “Abuelo” y el “Pino de la señorita Ascensión”. Tiene más de 200 años, su tronco no puede ser abarcado por dos personas y algunas de sus ramas tienen un grosor superior al de los pinos adultos que normalmente son cortados para aprovechar su madera.

 

 El Castillo 

Es sin duda el principal punto de referencia de Peñas y el que da singularidad a nuestro pueblo. Para cualquier visitante que llegue aquí por primera vez, es imprescindible subir hasta su cima. Tomando como punto de partida la plaza
Mayor, subiremos por la calle La Fuente, que nos conduce directamente al camino de piedra a través del cual llegamos hasta las mismas puertas del castillo. La subida, siguiendo la muralla, nos llevará tan sólo unos quince minutos. Desde arriba podemos observar el contraste entre la llanura de La Mancha por un lado y las estribaciones de la sierra de Alcaraz y Segura por el otro. En días claros puede, incluso, llegar a verse el pico de La Almenara.

Recientemente ha sido inaugurada una senda que circunvala la falda del castillo y que es una muy buena opción si no nos sentimos con fuerza para acometer la subida o si hemos bajado sobrados de ella. Desde la misma explanada sale un camino a la derecha que nos permite dar toda la vuelta al castillo y que nos ofrece un punto de vista diferente del mismo. Si tenemos suerte, podemos llegar a ver algún ejemplar de ave rapaz de las que anidan en los salientes de las rocas. Se tardará en recorrer el perímetro del castillo una media hora.

 

 

 El Cerro Gordo 

Este cerro se atreve a enfrentarse a la majestuosa silueta del castillo, lo mira de tú a tú, y parece retarlo continuamente a un duelo que nunca llega. Como el castillo, también el Cerro Gordo es punto de referencia de los habitantes de Peñas, sobre todo de los más jóvenes, que suben aquí a merendar en las tardes primaverales.

Para llegar arriba hay que situarse en la placeta de Los Olmos, tomar la calle Arco hacia la derecha y continuar por un callejón situado a la izquierda. Este callejón desemboca en una pequeña senda que lleva al depósito de agua, y allí se convierte en un camino más amplio que conduce directamente al Cerro Gordo.

Durante la subida es importante pararse para apreciar las vistas del castillo, la iglesia y su imponente cúpula y la torre del ayuntamiento escondida entre las calles. El camino discurre entre campos de almendros y una amplia zona reforestada de pinos.

La subida nos llevará unos escasos 20 minutos y en la bajada podemos acercarnos a ver los restos de la antigua muralla que rodeaba el pueblo y que todavía se halla levantada a las puertas del “cementerio viejo”. Para ello, al bajar hasta el callejón por donde subimos, tomaremos un camino que sale a la derecha al pasar la primera casa y que nos acerca hasta la misma muralla tras andar tan solo unos cinco minutos.